jueves, 24 de septiembre de 2015

Compañerismo: fortalesiendose en contra de la apostasia


"Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.  Porque si cayeran, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.  También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?  Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto" (Eclesiastés 4:9-12).

El dar una advertencia contra la apostasía en nuestros días parece ser similar a alertar a los cristianos de una inundación inminente cuando ya el agua les está llegando a las rodillas.  Lamentablemente, para muchos, ni siquiera los objetos flotantes (como las obvias contaminaciones y distorsiones de las Escrituras) parecen atraer su atención. Sin embargo, seguimos esperando y orando que el mensaje llegue a aquellos que tienen ojos para ver y oídos para oír acerca de lo que predice claramente la Palabra de Dios. Para aquellos quienes reconocen los eventos que están sucediendo son como la Biblia los describe, puede ser para ellos una experiencia agridulce. La triste parte es el reconocimiento de las consecuencias destructivas y abrumadoras de la apostasía y el efecto que está teniendo lugar en el mundo, en la iglesia y entre nuestros amigos y seres queridos quienes han sucumbido más y más a sus engaños y seducciones. Sin embargo, por otro lado, nosotros podemos regocijarnos que la Biblia confirma su naturaleza profética milagrosa, ya que es en verdad la Palabra de Dios.   Además, el hecho de que tales eventos, anunciados hace mucho tiempo, están teniendo lugar indica que nuestra esperanza bienaventurada, el regreso maravilloso de nuestro Salvador por Sus santos, se avecina, aunque ningún hombre sabe el día ni la hora.

Mientras tanto, ¿cómo deberíamos confrontar estos tiempos preocupantes que están tan  agresivamente opuestos a las instrucciones que la Biblia nos da para vivir nuestras vidas en una manera que sea agradable al Señor?  La simple respuesta es aprender lo que enseña la Biblia y luego hacer lo que nos instruye, en espíritu y en verdad. Tal entendimiento y el hacer lo que se nos instruye, en la vida de cada creyente, es solamente posible por el Espíritu Santo que mora en cada cristiano nacido de nuevo. Raramente, sin embargo, el Espíritu de Dios funciona en un vacío, lo que significa que cada creyente debe llenar su corazón y su mente con las enseñanzas de las Escrituras, para que así el Espíritu Santo pueda darle entendimiento y ayudarle a aplicar la sabiduría que Dios ha provisto en Su Palabra.

Una es la enseñanza, que es un tema de constante preocupación, el encontrar la congregación o la asamblea (o la falta de ella) entre los creyentes. Una petición muy común de los lectores de El Llamamiento Bereano (The Berean Call) es pedir ayuda para encontrar una iglesia que realmente sea fiel a las enseñanzas bíblicas. Con el propósito de participar en reuniones con otros creyentes y recibir las enseñanzas bíblicas, muchos creyentes están dispuestos (y muchos lo hacen) a manejar por horas con tal de poder tener el beneficio de la Palabra de Dios.  Nuestra respuesta no es que nosotros no podamos recomendar una iglesia en particular, y  no es porque no existan iglesias Cristianas, sino porque hemos visto tantas iglesias que han adoptado enseñanzas que son cuestionables y que han participado en programas que no son bíblicos, casi de la noche a la mañana. Nuestro consejo para aquellos quienes sinceramente están buscando una iglesia, es llamar y preguntar al pastor de la iglesia o preguntar a un anciano con respecto a la opinión de la congregación en lo que se refiere a la Palabra de Dios, es decir, qué tan seria es la iglesia acerca de las enseñanzas bíblicas.  Una declaración de fe, aunque aparentemente pueda ser bíblicamente sólida, rara vez es un verdadero indicador del discernimiento bíblico y de la práctica dentro de la Iglesia. Una vez más, preguntas deben ser hechas y respuestas aceptables deben ser obtenidas y asistencia personal debe seguir para así poder confirmar si en efecto la Iglesia hace honor a lo que se ha afirmado.

La comunión o el congregarse con hermanos y hermanas en Cristo de un mismo entender, es una parte muy importante de las instrucciones del Señor, y es para nuestra protección, para nuestro fortalecimiento y para nuestro beneficio. Necesitamos colocar "nuestros carruajes en un círculo", como de barricada, ahora y en los días venideros.  Nuestra mejor opción es congregarnos con otros hermanos en una iglesia Cristiana con una fe sólida, apoyar al liderazgo para que se mantenga firme y  siga el camino de la Palabra de Dios y a continuar sirviendo  al cuerpo de Cristo, que es la iglesia en general.

Cuando esto no se pueda elegir, debemos pedirle al Señor que nos ayude a encontrar otro creyente o creyentes con los cuales podamos tener un estudio bíblico, con quienes podamos orar, con los cuales nos podamos ministrar unos a otros, animarnos unos a otros, y una vez más, con los cuales podamos poner nuestros carruajes en un círculo para protección espiritual. "Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto". Que ese tercer cordón sea el León de Judá, nuestro Señor Jesús mismo.

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Tomado en parte de:

 CONFRATERNIDAD: FORTIFICÁNDOSE  CONTRA LA APOSTASÌA

T.A. McMahon

Septiembre 2015

Título en inglés: “Fellowship: Fortification against Apostasy”

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