La mayoría de las personas piensa que ha nacido en el mundo para ser plomeros, electricistas, doctores, maestros o algo por el estilo, pero existe una diferencia entre nuestro llamado y nuestra ocupación.
El llamado de todo hijo de Dios es a servir al Señor Jesucristo. Su ocupación es meramente un medio para tener alimento sobre la mesa, pero no para enriquecerse o encontrar satisfacción en ello. Pablo era un hacedor de tiendas, pero al comenzar sus epístolas nunca dijo, "Pablo, llamado a ser un hacedor de tiendas". El siempre decía, "Pablo llamado a ser apóstol". Su llamado en la vida era a ser un apóstol y hacía tiendas para suplir sus necesidades temporales.
William MacDonald
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