A mediados de la década de 1970, Dave Hunt escribió un libro que relataba la vida de Pablo Gupta, un Cristiano converso y fundador del Instituto Bíblico de Indostán. Esa biografía incentivó a Dave Hunt a iniciar sus esfuerzos de investigación sobre el misticismo del Este y del Hinduismo. Poco después, Dave conoció a un ex gurú hindú que se había convertido al Cristianismo, y Dave colaboró con él en su historia de conversión titulada "La Muerte de un Gurú". Fue durante ese período que el Movimiento de la Nueva Era (MNE), se inició en los Estados Unidos.
Definir el NAM es algo difícil teniendo en cuenta todas las diferentes perspectivas e influencias involucradas, sin embargo, sus enseñanzas fundamentales tienen su raíz en el misticismo oriental. La Nueva Era también declara una creencia común en lo que se ha denominado como la "sabiduría perenne", la cual se puede definir como un principio rector o una guía central, afirmando que todas las religiones, en su núcleo, adoran al mismo Dios, y es conocida como la realidad fundamental o realidad esencial. El Movimiento de la Nueva Era abarca una asombrosa variedad de personas, ideas, temas y prácticas, todas destacando el reino espiritual y algo fuera de la realidad física. Algunas de las personas más influyentes del movimiento incluyen Helena Blavatsky, Marilyn Ferguson, Teilhard de Chardin, Deepak Chopra, Dr. Oz, Benjamín Creme, Michael Harner, Barbara Marx Hubbard, Shirley MacLaine, Aleister Crowley, Timothy Leary, Yogui Bhajan, Helen Schucman, Neale Donald Walsch, Marianne Williamson, Ken Wilber, Oprah Winfrey y yogui Maharishi Mahesh.
Las creencias y prácticas de este movimiento, incluyen métodos alternativos de sanidad, astrología, energías espirituales, meditación, parapsicología, brujería, yoga, misticismo cuántico, adoración de diosas, reencarnación, objetos volantes no identificados (OVNIs), canalización, karma, drogas alucinógenas, estados alterados de conciencia, artes marciales, espiritismo, cábala, psicología transpersonal y el movimiento del potencial humano.
A las finales de la década de los 1980, Dave y yo escribimos "América, el Nuevo Aprendiz del Brujo: el Auge del Chamanismo de la Nueva Era". La motivación y el propósito de escribir ese libro fue para dar a los Cristianos un mejor entendimiento de lo que el misticismo oriental y el MNE significaban. Nos preocupaba enormemente que, mucho de lo que era claramente ideas de la Nueva Era, estaban infiltrándose y tomando fuerza dentro del Cristianismo. No todo el mundo estuvo de acuerdo con nuestras inquietudes, incluyendo un autor de apologética cristiana anunció que habíamos "fabricado toda la idea del movimiento de la Nueva Era". Esto fue algo sorprendente ya que provenía de un individuo que aparentemente profesaba discernimiento, sin embargo nos hizo conscientes de la necesidad de una labor informativa explicando las creencias y prácticas del MNE, sus peligros físicos y espirituales, y cómo sus conceptos religiosos están diametralmente opuestos al Cristianismo Bíblico. Como se señaló, la realidad fundamental o esencial del MNE es una fuerza impersonal o energía que es de donde todo proviene. Aunque hay varios nombres para esta energía (ki, chi, qi, prana, mana, barakah, innata), se describe en términos de Dios como un panteísmo, que es la enseñanza que todo en el universo se compone de Dios. Esta creencia generalizada no describe al Dios personal, infinito que se enseña en las Sagradas Escrituras. Además, si Dios fuera todas las cosas, entonces "tal cosa" estaría sujeta a la Segunda Ley de termodinámica, que nos dice que la energía se degenera inevitablemente hacia una etapa terminal. Sin duda, el eterno Dios de la Biblia, no es una fuerza energética impersonal.
Hoy en día muchos creen que el movimiento de la Nueva Era está en un estado de atrofia. ¡Todo lo contrario! Aunque el nombre no significa lo mismo que hace treinta años, sus creencias y prácticas hoy en día son más universalmente aceptadas que antes. Esto no sería muy significativo si nos refiriéramos solamente a la India y a los países del lejano Oriente, donde las religiones que han existido en aquellas regiones durante milenios se han centrado sobre una fuerza de energía espiritual. No, es el "Mundo Cristiano Occidental" que ha sido seducido en proporciones asombrosas por el Mundo Oriental. Aunque las estratagemas que han sido introducidas en este diluvio espiritual son demasiado numerosas para ser nombradas en esta serie de dos partes, algunas de las más significativas serán identificadas. Y, por supuesto, se dará la palabra profética de Dios para subrayar el hecho de que lo que está ocurriendo no es al azar, sino que es parte de una orquestación del adversario principal de Dios, Satanás en persona. "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" (1 Timoteo 4:1).
"Espíritus engañadores" y "doctrinas de demonios", puede esto parecer demasiado extremo para la mayoría de Cristianos hoy en día. Lógicamente, esa reacción puede presentarse debido a la notoriedad de algunos ministerios que "encuentran" a Satanás en todo y detrás de todo. O podría ser que muchos Cristianos hoy en día simplemente no conocen las Escrituras o la validez de la profecía Bíblica. Esas palabras que Pablo escribió a Timoteo no fueron sus propias ideas, sino más bien las palabras que Dios dio a Pablo por medio del Espíritu Santo. Pablo escribió a los Tesalonicenses: "Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes" (1 Tesalonicenses 2:13). Vemos lo que debería ser obvio en la Escritura: "espíritus engañadores" y "doctrinas de demonios", que refleja la mentiras de Satanás desde el principio de su comunicación con la humanidad, que constituye 1) un repudio del comando de Dios a Adán, que él no coma de la fruta de cierto árbol en el jardín de Edén, dando por resultado la pena de muerte por su desobediencia y 2) la oferta seductora a Eva que ella y Adán podrían ser "como dioses". Estas doctrinas provenientes del hombre y el querer ser como Dios mismo son inspiradas por el demonio y constituyen la doctrina central del movimiento de la Nueva Era y del misticismo Oriental.
T. A. MacMahon
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