Su Hijo y la Nueva Era "las escuelas y la espiritualidad falsa"

Aceptación del misticismo oriental en las escuelas 

Mien­tras que la puerta del frente de las escuelas se ha cerrado a Dios, la de atrás se ha abierto ampliamente alas enseñanzas de la Nueva Era. Con el disfraz de reducción de las tensiones, relajamiento, educación centrada o transpersonal, o simple­mente incorporada sin designación en el currículo tradicional, agrega poder espiritual al programa existente centrado en el hombre.

Pocos educadores resistieron los nuevos métodos «positi­vos» de aprendizaje e «integridad». El falso dios, (la Fuente, la Fuerza, la Conciencia Cósmica, la Mente Universal, el Yo) fue suficiente para los humanistas anticristianos, los maes­tros bien intencionados, y los niños deseosos de aventuras. Y así quedó montada la mentira. Al egoísmo humanista se agre­gó la espiritualidad de la Nueva Era, formando un atractivo cuadro de realidad, que satisfizo la naturaleza humana y apro­bó los adornos del antiguo paganismo.

La Falsificación	La Verdad Bíblica	Y Dios También Dice…
1. Todo es uno: No hay distinción entre Dios y el hombre (monismo). Dios y Satanás son simplemente los dos lados de un todo unificado.	«Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» Gálatas 3.28	«No tendrás dioses ajenos delante de mi» Éxodo 20.3. «Ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios» Romanos 14.11
2. Todo es dios. Dios es una fuerza impersonal que fluye a través de cada persona, animal, planta, o cosa (panteísmo, pero puede fácilmente aparecer como politeísmo).	«Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas» Romanos 1.20	«Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto alas criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén» Romanos 1.25
3. El hombre es dios. Dios reside en cada persona como su Yo interior, una Fuente de toda sabiduría y poder.	«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí!» Gálatas 2.20	«Así dice Jehová [ ... ] Yo soy Jehová, y ninguno más hay" Isaías 45.1, 5
4. Mediante cambios conscientes, el hombre desarrolla espiritualidad, gana conciencia de su divina identidad, y alcanza autorrealización.	«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento» Romanos 12.2	«En los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios» 1 Timoteo 4.1
5. Todas las religiones son una. Si alguna (como el cristianismo) es exclusiva y rehúsa aceptarlo, comete pecado de separatismo.	«La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: Yo en ellos, y tú en mí" Juan 17.22-23	«No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué parte tiene el creyente con el incrédulo?[.,,] Porque vosotros sois templo del Dios viviente[".]Por lo cual salid de en medio de ellos y apartaos» 2 Corintios 6.14-17
6. La evolución cós­mica requiere fe (tal como: «la fuerza está con nosotros») y la participación es­piritual de suficien­te gente para crear una «masa crítica».	«Conforme a vuestra fe os sea hecho" Mateo 9.29. «Para que sean perfectos en unidad» Juan 17.23	«Yen ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el hombres, en que hombres, en que podamos ser salvos» Hechos 4.12
7. Un nuevo orden mundial (globalismo) requiere un go­bierno mundial, un gobernante, una re­ligión, y una economíaa.	«De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor" Efesios 4.16	«Y hacía que a todos[ ... ] se les pusiese una marca en la mana derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca[ ... ] Y su número es seiscientos sesenta y seis» Apocalipsis 13.16,18.

Tomado del libro agotado,

Su hijo y la nueva era.