La oración contemplativa, también conocida como “la oración concentrada,” es una práctica meditativa, donde sus practicantes se enfocan en una palabra y la repiten una y otra vez, durante todo el curso del ejercicio. De acuerdo con el sacerdote católico Thomas Keating, así es como se hace: “Elige una palabra sagrada como el símbolo de tu intención para ingresar a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Sentado confortablemente y con los ojos cerrados, reposa brevemente y en silencio introduce la palabra sagrada, como el símbolo de tu consentimiento a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Cada vez que te vuelvas consciente de los pensamientos, regresa siempre tranquilamente a la palabra sagrada. Al final del período de oración, permanece en silencio con los ojos cerrados por un par de minutos.”
La oración contemplativa no difiere de los ejercicios meditativos utilizados en las religiones orientales y los cultos de la Nueva Era. La mayoría de sus partidarios adoptan una espiritualidad abierta entre los adeptos de todas las religiones, promoviendo la idea de que la salvación es ganada por muchos caminos, aunque Cristo Mismo estableció que la salvación solo viene a través de Él, (Juan 14:6). La oración contemplativa, como ha venido a significar en el movimiento moderno de la oración, está en oposición a la cristiandad bíblica y debe ser definitivamente evitada.
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