iglesia y es inalcanzable... Nuevas generaciones están levantándose a nuestro alrededor sin ninguna influencia cristiana. Por lo tanto, debemos replantearnos virtualmente todo lo que estamos haciendo en nuestros ministerios».
Mientras es cierto que el clima espiritual en el mundo occidental ha cambiado radicalmente durante un buen número de años pasados, tal como Kimball ha declarado, debemos preguntarnos: «¿De qué forma tendrá lugar este replanteamiento?» «¿Y si no es con la doctrina bíblica, por qué medios será
alcanzada esta era poscristiana?» Kimball cree que la Iglesia Emergente y la experiencia que provee, será el mejor medio para alcanzar a los no regenerados.
A fin de atraer tanto a creyentes como a incrédulos y llevarlos “ante la presencia de Dios”, los líderes emergentes están promoviendo un número de ideas innovadoras. Kimball dedica una gran porción de su libro La Iglesia Emergente, a estas ideas, algunas de las cuales incluyen lo siguiente:
- Superar el temor de la adoración y enseñanza multisensorial (pág. 127).
- Crear un espacio sagrado para adoración clásica (pág. 133).
- Esperar lo espiritual (pág. 143).
- Crear reuniones de adoración empíricas y multisensoriales (pág. 155).
Note los términos «multisensorial», «espacio sagrado» y «adoración clásica». Pero... ¿Qué significa exactamente todo esto y hacia dónde se dirige esta adoración basada en las experiencias?
Una de las frases comunes que circula entre los proponentes de la Iglesia Emergente, es un concepto llamado «cristianismo clásico». Al decir «clásico», ellos se refieren a que el cristianismo debe incorporar una espiritualidad tomada del pasado, para que llegue a ser más efectivo. Según este punto de vista, las experiencias místicas practicadas hace siglos atraerán a la generación posmoderna.
Dan Kimball cree que la adoración debe desempeñar un papel importante en este cristianismo clásico. Al discutir la adoración, explica en la página 116 de su libro: «Debemos regresar a los acercamientos sin restricciones para adorar y enseñar, así cuando nos reunamos no habrá duda que nos encontramos en la presencia de un Dios Santo. Creo que ambos, tanto creyentes como no regenerados en esta cultura emergente, están hambrientos por esto. No se trata de habilidad apologética, o cuidadosa predicación exegética y expositiva, o de grandes orquestas en la adoración... Las generaciones emergentes anhelan tener la experiencia de Dios en la adoración».
Un artículo escrito por Julie B. Sevig, en la publicación The Lutheran de septiembre de 2001, que se titula «Antiguo nuevo», respalda además la idea de que los posmodernos buscan una experiencia sensual de adoración. Dice en un aparte: «Los posmodernos prefieren encontrar a Cristo usando todos sus sentidos. Esto es parte de la atracción de la liturgia clásica, o adoración contemplativa: el incienso y las velas, el hacerse la señal de la cruz, gustar y oler el pan y el vino, tocar los iconos y ser ungido con aceite».Sevig declara que Leonard Sweet, dice así en su libro Tsunami del alma: «Los posmodernos anhelan un Dios que puedan sentir, gustar, tocar, oír y oler; una completa inmersión sensorial de lo divino».
Sevig cita de una entrevista con Karen Ward, una líder emergente, quien describe así el estilo de adoración que ha abrazado la Iglesia Emergente: «Los evangélicos están usando tradiciones de todas las iglesias litúrgicas: ortodoxa, luterana, católica... Aunque tienen experiencias limitadas al usar estos nuevos símbolos recuperados, rituales y tradiciones, ellos están infundiéndolos con vitalidad, espíritu y vida, lo cual está tocando a las personas».
En realidad cuando se refieren a lo antiguo futuro, están diciendo que necesitamos volver a adoptar prácticas antiguas, pero no tan remotas como las que enseñan Jesús y los discípulos en la Biblia. Dicen que sólo tenemos que mirar retrospectivamente al catolicismo y a los monjes y místicos de los
primeros siglos.
Roger Oakland
Fe antigua y futura
Una de las frases comunes que circula entre los proponentes de la Iglesia Emergente, es un concepto llamado «cristianismo clásico». Al decir «clásico», ellos se refieren a que el cristianismo debe incorporar una espiritualidad tomada del pasado, para que llegue a ser más efectivo. Según este punto de vista, las experiencias místicas practicadas hace siglos atraerán a la generación posmoderna.
Dan Kimball cree que la adoración debe desempeñar un papel importante en este cristianismo clásico. Al discutir la adoración, explica en la página 116 de su libro: «Debemos regresar a los acercamientos sin restricciones para adorar y enseñar, así cuando nos reunamos no habrá duda que nos encontramos en la presencia de un Dios Santo. Creo que ambos, tanto creyentes como no regenerados en esta cultura emergente, están hambrientos por esto. No se trata de habilidad apologética, o cuidadosa predicación exegética y expositiva, o de grandes orquestas en la adoración... Las generaciones emergentes anhelan tener la experiencia de Dios en la adoración».
Un artículo escrito por Julie B. Sevig, en la publicación The Lutheran de septiembre de 2001, que se titula «Antiguo nuevo», respalda además la idea de que los posmodernos buscan una experiencia sensual de adoración. Dice en un aparte: «Los posmodernos prefieren encontrar a Cristo usando todos sus sentidos. Esto es parte de la atracción de la liturgia clásica, o adoración contemplativa: el incienso y las velas, el hacerse la señal de la cruz, gustar y oler el pan y el vino, tocar los iconos y ser ungido con aceite».Sevig declara que Leonard Sweet, dice así en su libro Tsunami del alma: «Los posmodernos anhelan un Dios que puedan sentir, gustar, tocar, oír y oler; una completa inmersión sensorial de lo divino».
Sevig cita de una entrevista con Karen Ward, una líder emergente, quien describe así el estilo de adoración que ha abrazado la Iglesia Emergente: «Los evangélicos están usando tradiciones de todas las iglesias litúrgicas: ortodoxa, luterana, católica... Aunque tienen experiencias limitadas al usar estos nuevos símbolos recuperados, rituales y tradiciones, ellos están infundiéndolos con vitalidad, espíritu y vida, lo cual está tocando a las personas».
En realidad cuando se refieren a lo antiguo futuro, están diciendo que necesitamos volver a adoptar prácticas antiguas, pero no tan remotas como las que enseñan Jesús y los discípulos en la Biblia. Dicen que sólo tenemos que mirar retrospectivamente al catolicismo y a los monjes y místicos de los
primeros siglos.
Roger Oakland
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