La humildad no consiste tanto en pensar mal de nosotros mismos, sino en no pensar en nosotros en absoluto. Soy demasiado malo como para merecer que se piense en mí; lo que quiero es olvidarme de
mí mismo y mirar a Dios, ciertamente El es digno de todos mis pensamientos (William Kelly).
F. B. Meyer dijo sobre Dwight L. Moody, "Moody es un hombre que nunca parece haber escuchado de sí mismo. No es de sorprenderse que Dios le use en forma tan maravillosa".
Es el orgullo lo que hace que multitudes no confiesen a Cristo y por consiguiente se pierdan en el infierno eterno. Es el orgullo que provoca que sea tan difícil que los creyentes se disculpen cuando
han ofendido a alguien más. Es el orgullo que hace que sea imposible que Dios nos use. El mismo obstaculiza el fluir espiritual y el testimonio. Por otro lado, nunca podemos ser demasiado pequeños
como para que Él nos use.
J. N. Darby dijo, "Oh, qué gozo no tener nada y no ser nada, no ver nada más que al Cristo vivo en gloria, y no preocuparse de nada sino únicamente de sus intereses aquí abajo".
Reconociendo que el orgullo era su pecado dominante, Robert Chapman dejó su riqueza y estatus y se mudó a un barrio muy carente. Luego dijo curiosamente "mi orgullo nunca se repuso frente a tal acto".
Debemos atacar el orgullo con resolución. William Law escribió, "El orgullo debe morir en usted o no habrá cosa alguna del cielo que more en su vida... No considere al orgullo como un temperamento indecoroso, ni a la humildad como una virtud decente. El primero es todo el infierno y el segundo es
todo el cielo".
Soy un hombre común y corriente. No tengo dones especiales, no soy un orador, no soy un profesor, no soy un pensador profundo. Si he logrado hacer algo por Cristo y por mi generación, es porque me
he entregado enteramente a Cristo Jesús, y he procurado hacer todo lo que Él quiso que hiciera. F. B. Meyer.
El deseo de los cristianos debería ser: Manténme pequeño y desconocido
amado y valorado solamente por Cristo (Charles Wesley).
Deberíamos intentar vivir la vida en forma anónima. De hecho no tenemos nada de qué estar orgullosos."El comienzo de la grandeza es ser pequeño; el incremento de la grandeza es ser menos; y la perfección de la grandeza es no ser nada". Darby enfatizaba mucho este punto. Él dijo, "La verdadera grandeza está en servir sin ser visto y en trabajar sin ser percibido".
No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo (Jn. 3:27). ...separados de Mí nada podéis hacer (Jn. 15:5c). Así que ni el que planta es algo, ni el que riega , sino Dios que da el crecimien- to (1 Co.3:7). ¿Qué tienes que no hayas recibido? (1 Co. 4:7). ¿Quieres ser grande? Entonces sirve con humildad. ¿Quieres ascender? Entonces desciende; Pero por más bajo que llegues
el Altísimo ha descendido más aun.
William MacDonald
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