Roger oakland
Este mensaje es una carta abierta a todos los pastores a través de todo el mundo que creen en la Biblia, y que han sido, o están siendo influenciados, por las tendencias actuales que están atacando la Palabra de Dios, por medio del sistema místico de creencias del humanismo posmoderno.
Yo he sido testigo de primera mano de este engaño en una base mundial, pero estoy más familiarizado con lo que ha estado ocurriendo en las dos congregaciones de las cuales fui parte, por 25 años: una en Canadá y otra en California.
Es con el corazón apesadumbrado que escribo esta carta abierta a los que se consideran a sí mismos pastores evangélicos o protestantes. Mientras que mi deseo es hacer esto con respeto y en el amor del Señor, me veo obligado con un fuerte sentido de la responsabilidad a escribir esta advertencia.
El hecho es que estamos viviendo en un tiempo de la historia, en donde prevalece una gran apostasía espiritual, un alejamiento, y tristemente muchos pastores ni siquiera se dan cuenta de lo que está ocurriendo. Otros sí están enterados, pero no saben qué hacer, mientras que los terceros lo saben, pero de todas maneras lo promueven. El propósito de esta carta es hacer brillar la luz en las tinieblas que se han infiltrado en muchas iglesias hoy.
Durante muchos años he documentado mi preocupación por esta apostasía y he presentado evidencia ante el Cuerpo de Cristo. Hace unos años escribí un artículo titulado “Icabod”, describiendo la partida del Espíritu de Dios de muchas iglesias. Ese artículo fue posteriormente seguido por el comentario “¿Se está hundiendo su denominación como el Titanic?”. Sinceramente creo, que hoy estamos siendo testigos del hundimiento del Titanic. Mientras la gran mayoría todavía están danzando en el salón de baile, algunos han optado por bajarse de la embarcación. La pregunta que queda por responder es: ¿Cuántos se bajarán a tiempo? Por favor, vea un breve vídeo en YouTube sobre el hundimiento del Titanic
Debo admitir que algunos me han “marcado” como alguien que ha causado división entre la iglesia, pero entienda que no le tengo temor a ningún hombre. Tengo mi mirada puesta en el Señor Jesucristo y estoy comprometido a decir la verdad cuésteme lo que me cueste. Sé que tengo enemigos entre los “hermanos” quienes insisten que debo mantenerme callado. También he sido acusado falsamente y calumniado como un chismoso, como una forma de desacreditarme.
La Biblia enseña que nunca debemos temer al hombre o seguir sus caminos. Dice en Proverbios 14:12: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. Sólo debemos temer a Dios y a su Palabra, y Él le hizo esta revelación a Ezequiel en el capítulo 3 versículos 17 al 20, le dijo: “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano”. Éste es un principio bíblico que no puede ser pasado por alto. Cuando Dios pone al descubierto el engaño y las tinieblas, un atalaya debe declararlo y decir la verdad, a pesar de las circunstancias y consecuencias.
Lo que me parece muy alarmante es que muchos pastores que dieron advertencias en el pasado acerca del engaño, parece que en estos últimos días, han cesado de hacerlo y permanecen callados. Ahora, en lugar de las advertencias, lo que enseñan o promueven es todo lo relacionado con el crecimiento de la iglesia, el ser amable con todos, la espiritualidad contemplativa, la Iglesia con Propósito, la espiritualidad posmoderna de la iglesia emergente e incluso, la agenda jesuita de los católicos.
Estas diversas enseñanzas no son cristianismo bíblico, y para muchos pastores que en un tiempo enseñaron la Biblia con fidelidad, estas doctrinas seductoras los han arrastrado en una dirección que niega mucho de lo que antes defendieron. No es raro ahora escucharlos apoyando a personas como Mark Driscoll, Rob Bell, Richard Foster y Rick Warren, todos los cuales rechazan las profecías bíblicas de los últimos días y enfatizan “el Reino de Dios en la tierra ahora”.
Algunos pastores reconocen que sus propias denominaciones o congregaciones se han apartado de las enseñanzas de la Biblia, pese a todo permanecen como participantes activos en ellas. Conforme pasan los años, no dicen nada, sino que se mantienen silenciosos. ¿Será que este silencio es una indicación de que se han unido al plan sensual y carnal de la iglesia inclusiva denominado “un taburete con tres patas”? ¿Una iglesia en la que las manos de personas como Rick Warren y Tony Blair están unidas y caminan en dirección a Roma, hacia una religión mundial en la que estén incluidos todos los credos y denominaciones? Mi temor, es que para muchos, ese sea exactamente su caso. Lo que una gran mayoría ha considerado, como mirar en otra dirección, se ha convertido en muchos casos en rebelión abierta. Así es la forma como a menudo tiene lugar el engaño.
Nosotros estamos viviendo en ese tiempo de gran mentira, sobre el cual el apóstol Pablo escribió así en 2 Tesalonicenses 2:11: “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira”. Si usted es un pastor que cree en la Biblia, ¿no estima que debería de estar ayudando a otros, al advertirles del engaño que está teniendo lugar, en vez de estar promoviendo la agenda apóstata de cualquier manera?
Por años se ha permitido que el ecumenismo avanzara inexorablemente en las iglesias. Cuando un pastor no advierte a su congregación acerca de la apostasía ecuménica, el mensaje tácito que está dando, es que exponer la apostasía no es tan importante. Cuando una iglesia, organización o denominación comienza a caminar en dirección a Roma, es muy improbable que dé una vuelta de regreso, porque la atracción es demasiado grande. En ningún lugar de la Biblia dice que es aceptable unir las manos con esos que promueven otro Jesús y otro evangelio, tal como la iglesia católico romana. Fue por esta razón, que el Señor Jesucristo le reveló a Juan esta advertencia: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4).
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