martes, 6 de octubre de 2015

La unidad que busca la nueva era

El pecado de separación


Debido a que la unidad es esencial para la creación de una masa crítica, muchos dirigentes de la Nueva Era se han unido para condenar la obstrúyente influencia de la Iglesia. ¿La objeción? Su «energía negativa» bloquea la conquista evoluti­va imaginada. Como usted ha visto, esta creencia se ha filtrado en la sala de clases.

Así, cualquiera que sigue a Dios es culpable de los únicos pecados en la Nueva Era: incredulidad y separación. Cristia­nos que rehúsan ver la visión global y unirse a la marcha evolutiva cosecharán persecución. «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Timoteo 3.12). Porque Satanás, el falso ángel de luz, odia a todo aquel que refleja la verdadera luz de Cristo en el mundo.

Mientras tanto, Dios nos llama a mantenernos separados.
No os unáis en yugo desigual con Los incrédulos; porque ¿que compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?[.'] ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos ?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitare y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos» (2 Corintios 6.14-17).

Ya que nuestros hijos pertenecen a Dios, Él cuida de ellos. Si tienen que padecer en algo la persecución, Él estará con ellos para protegerlos, fortalecerlos y darles compensaciones espirituales que excederán a los sufrimientos. Deje que El anime a su familia con esta promesa:
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejara, ni te desamparara[. . .] No temas, ni te intimides (Dt 31.6, 8).


Berit Kjos

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