Antes de que el día del Señor llegue debe venir primero la apostasía, y el hombre de pecado debe aparecer. "Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición" (v.3). Esto no debe confundirse con otras predicciones .Es importante dividir justamente la palabra de verdad. En 1 Tim. 4:1 el mismo apóstol escribe, "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe". Si los versos que siguen son examinados cuidadosamente, se verá que el papado está aquí en vista, con su hipocresía y restricciones satánicas. La expresión "últimos días" por tanto significa simplemente los tiempos subsecuentes al escribir la epístola. 2 Tim. 3:1, presente una nueva etapa en el desarrollo del mal: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos." No leemos aquí de algún alejamiento de la fe; el mal es mucho más general. ¿Quién puede leer el lenguaje del Espíritu Santo en 2 Tim. 3:1-5, y fracasar en ver que son nuestros días los que se describen vívidamente? "Los últimos días" están siguiendo su curso ahora.
Pero 2 Tes.2 habla de un periodo posterior y más solemne aun. Graves como son las características de "los últimos tiempos" y los "últimos días," la apostasía es insondablemente más serios. Esto no significa nada menos que una renuncia universal a toda profesión de Cristianismo. Los verdaderos discípulos del Señor_ la sal_ habiendo sido quitada, y el Espíritu Santo habiendo dejado la escena, ¿qué podría preservar a la multitud de la ruina? No que la profesión nominal del Cristianismo será necesariamente abandonada inmediatamente después que los santos sean removidos de la tierra. Esta profesión, sin duda, será mantenida por un tiempo. Muchos edificios religiosos estarán, como es habitual, abiertos, y muchos sermones sin Cristo serán predicados, como ¡ay! A menudo ya vemos hoy. Pero esto no continuará por largo tiempo. La mente liberal (así llamada) prevalecerá. No se estimará más necesario contender por esta o aquella verdad; la unión de la cristiandad (de la que escuchamos mucho hoy) entonces será más que posible, solo para ser seguida, bajo el liderazgo satánico, por el abandono del mismo nombre y forma del Cristianismo.
Muchas almas realmente sinceras encontrarán que es difícil creer esto. Ellos por largo tiempo han apreciado el pensamiento que el evangelio está destinado para convertir a todo el mundo, que les parece inconcebible que la cristiandad misma llegue a ser más corrupta y mala aun que el mundo pagano. Pero el testimonio de las Escrituras debe ser enfrentado honestamente. Nada puede ganarse, sino por el contrario, por animarnos con falsas esperanzas. De este modo realmente damos al enemigo ventaja, porque una medida de ceguedad debe inevitablemente resultar en cuanto a nuestro actual camino en medio del oscuro y creciente mal.
No puede negarse que las cosas se están moviendo rápidamente hacia la apostasía. No quiera Dios que uno presente un cuadro más oscuro que el que debe ser, pero los hechos son patentes a todos. Por todos lados la inspiración de las Escrituras es cuestionada o negada; muchos se satisfacen en las más relajadas y serias especulaciones concernientes a la persona de Cristo; la doctrina fundamental de la expiación es puesta a un lado por multitudes; el castigo eterno de los impíos es ampliamente repudiada; y muchos más lamentables detalles podrían ser añadidos. Este es un día de compromisos y renuncias. Verdades por las cuales nuestros padres sufrieron ahora son livianamente sostenidas, como si ellas fuesen meras bagatelas; y aquellos que sufrieron por ellas en el pasado son considerados ahora por no pocos con una forma de compasión, como habiendo sido demasiado estrechos y escrupulosos, ¡quienes hubiesen sido ayudados con la luz del siglo diecinueve!
W. W. Fereday
http://www.palabradeverdadycordura.cl/index.php/profecia/60-la-apostasia-de-la-cristiandad-y-el-anticristo
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