lunes, 16 de noviembre de 2015

¿En qué momento Cristo se hizo hombre?




Cuando Él nació en Belén, hace aproximadamente 2000 años (cfr. Miqueas 5:2; Lucas 2: 4-7). Este punto en el tiempo es denominado por Dios mismo como la “plenitud del tiempo” (Gálatas 4:4 VM). El hombre había sido probado de diferentes maneras, y siempre había fracasado por completo. Entonces Dios envió a su Hijo y habló por Él (o en Él), es decir, por medio de su Hijo (Hebreos 1:1-2).

¿El Señor dejó de ser Dios cuando se hizo hombre?

No. Él siempre fue, es y será Dios. Esto es axiomático. Dios es eterno y no puede dejar de ser Dios (Colosenses 1:19 y 2: 9).

¿Cristo dejará alguna vez de ser hombre?

No. Él resucitó de entre los muertos (1.ª Corintios 15) y ascendió a los cielos donde ahora está como Hombre glorificado. Esto es sumamente importante, pues Él es ahora nuestro Sumo Sacerdote; alguien que fue y es Hombre, y sabe lo que es ser probado y tentado en esta tierra —excepto que Él no tuvo ni tiene una naturaleza pecaminosa. Él puede simpatizar con nosotros y orar por nuestras vidas. Cuando Cristo aparezca en todo su poder (cfr. respuesta 4.14 y 4.15), seguirá siendo el Hijo del Hombre (Mateo 24: 30; 26:64).

¿Tenía Cristo alma, espíritu y cuerpo humanos?

Sí. Él era un hombre real, y un hombre está compuesto de cuerpo, alma y espíritu (1.ª Tesalonicenses 5:23).
En cuanto al cuerpo del Señor, está escrito: “Me preparaste cuerpo” (Hebreos 10:5). Lo cual también nos habla acerca de la plenitud de Dios que habita en Él corporalmente. Además, los evangelios refieren hechos que solamente el Señor pudo experimentar por el hecho de tener un cuerpo absolutamente humano. Léase Juan 4:6.
En relación con su espíritu, leemos: “Se estremeció en espíritu, y se conmovió” (Juan 11:33). Seguramente, no se refiere al Espíritu Santo, sino al espíritu humano del Señor.
Hallamos una mención de su alma en Juan 12:27: “Ahora está turbada mi alma”.
¡Qué hermoso es contemplar por medio de estas bellas expresiones la perfecta humanidad del Señor!

 ¿Fue un hombre como nosotros?

Sí, excepto por el pecado. Todos los descendientes de Adán (todos los hombres, mujeres y niños vivos en este momento) tienen una naturaleza pecaminosa (Romanos 5). Pero, el Señor no tenía tal naturaleza pecaminosa. Él fue “tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Observemos con atención lo siguiente:
Cristo no cometió ninguna acción pecaminosa: “El cual no hizo pecado” (1.ª Pedro 2:22).
Cristo no conoció pecado: “Que no conoció pecado” (2.ª Corintios 5:21).
En Cristo no había pecado (es decir, una naturaleza pecaminosa), por lo tanto Él no podía pecar (1.ª Juan 3: 5, 9).

Michael Hardt
http://biblecentre.org/content.php?lng=33&mode=7&item=1856

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