Ahora consideraremos la marcha de los eventos en la cristiandad después de la remoción de los santos a la gloria. La venida del Señor de ningún modo, Limpiará el campo de la profesión cristiana. A miles, tememos, Él tendrá que decir "De cierto, de cierto os digo no os conozco" (Mt. 25:12). Es verdad, ellos llevarán las lámparas de la profesión, pero sin aceite; ellos temen Su nombre, pero nunca han tenido un contacto vivo con Él; ellos cantan sus alabanzas, pero nunca han conocido Su amor y gracia en sus corazones. Como tal serán dejados atrás en el rapto, aunque clamen fuertemente a Él. ¿Cuál será su futuro? Ahora nos proponemos considerar esto.
Muchos han pensado que la era del evangelio será la final, y que el milenio será resultado de éste, introducido por medio de la difusión de la verdad, y la subyugación de todo el mundo a Cristo. Pero la Escritura habla de manera muy diferente. El milenio será introducido por desoladores juicios, no por medio de la labor evangelistica; y en cuanto al actual periodo de favor y privilegio, en lugar de terminar en gloria universal, terminará en oscuridad y apostasía.
Hay una triste consistencia en toda la historia del hombre. Cada dispensación ha terminado oscuramente. El hombre ha fallado en todas las circunstancias en las cuales Dios lo ha puesto. El periodo de la inocencia terminó en la caída y expulsión desde el huerto; la edad de la conciencia terminó con el diluvio; la dispensación de la ley culminó en el rechazado y asesinato del Mesías; y más podría añadirse. El periodo de la iglesia no tendrá un fin diferente, todas las escrituras del N. Testamento dan testimonio de ello. Citaremos unas pocas pruebas. En 2 Tim. 3 leemos, "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos." Después sigue una oscura descripción, que nos recuerda la depravación pagana como se muestra en Rom.1. "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita." Esto es muy solemne. Claramente no había pensamiento en la mente del apóstol de que la iglesia profesante y el mundo viniesen a ser mejor y más convenientes para Cristo. Observe también el v.13 del mismo capítulo. "más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados." Considere, también, la breve epístola de Judas. Allí el curso del mal en la iglesia profesante es trazado a su primera introducción por el enemigo usando a ciertos hombres que entraron encubiertamente, hasta la aparición del Señor en juicio. El mal no es erradicado, sino que sigue intensificándose hasta que el mismo Señor se levanta para tratar con este. Recuerde también la parábola del trigo y la cizaña en Mt. 13:24-30. El enemigo sembró cizaña tan pronto como el trigo fue sembrado, y estos han crecido juntos hasta la siega, cuando la gran y final separación tendrá lugar.
W. W. Fereday
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