El Vaticano es el estado más rico sobre la faz de la tierra, tiene cuantiosas inversiones con los Rothschild de Inglaterra, Francia y Estados Unidos; con el Banco Hambros - el que ahora se conoce como SG Hambros Group y el Credit Suisse de Londres y Zurich. En Estados Unidos tiene invertido cientos de millones de dólares en el Banco Morgan, Banco Chase-Manhattan, First National Bank de Nueva York, Bankers Trust Company y otros.
El Vaticano posee cientos de millones de acciones en las corporaciones internacionales más poderosas del mundo, tales como Gulf Oil, Shell, General Motors, Bethlehem Steel, General Electric, International Business Machines, TWA y muchas otras. Si hacemos un cálculo conservador, sólo en los Estados Unidos sus inversiones a mediados de la década de 1990, sobrepasaban los 500 millones de dólares.
En una declaración publicada en relación con un bono, la Arquidiócesis de Boston declaró que su capital en los bancos ascendía a $635.891.004 dólares, lo que representa nueve punto, nueve veces más, que sus obligaciones financieras. Esto deja una ganancia neta de $571.704.953 dólares. Si sumamos la riqueza de las 32 arquidiócesis y las 195 diócesis en Estados Unidos, es posible estimar a cuánto asciende la increíble riqueza de la iglesia, ¡y eso solamente en Estados Unidos!
Por las declaraciones de un miembro de la Conferencia Católica de Nueva York, podemos tener una idea de los bienes raíces y otras formas de riqueza que controla la iglesia católica. Este hombre afirmó, “Que probablemente su iglesia ocupa el segundo lugar, sólo después del gobierno de Estados Unidos, en el total de compras anuales”.
Tal vez es aún más reveladora la declaración que hizo un sacerdote católico y periodista nacionalmente conocido, quien declaró: “La iglesia católica sin duda es la corporación más grande de los Estados Unidos. Tenemos una sucursal en cada vecindario. Nuestro capital y bienes raíces probablemente sobrepasan los de Standard Oil, A.T.&T. y U.S. Steel juntos. La lista de nuestros miembros que pagan cuotas, seguramente está en segundo lugar sólo después de la lista de contribuyentes de impuestos del gobierno de Estados Unidos”.
Cuando se toma en cuenta el total de su capital activo, cualquiera puede darse cuenta que la iglesia católica es el corredor de bolsa más grande del mundo. Independientemente de cada sucesión papal, el Vaticano ha enfocado su creciente interés en los Estados Unidos.
El periódico The Wall Street Journal comentó “Que los tratos financieros del Vaticano, sólo en los Estados Unidos, eran tan grandes que frecuentemente vendía o compraba oro en lotes de un millón de dólares o más a la vez”.
La revista United Nations World Magazine calculó, que el tesoro en oro sólido del Vaticano llega a varios cientos de millones de dólares. Una gran cantidad está almacenado en lingotes de oro en el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos, y el resto se encuentra en bancos de Inglaterra y Suiza. Sin embargo, esto es solamente una pequeña porción de la riqueza del Vaticano, la que sólo en Estados Unidos supera a la de las cinco corporaciones gigantes más ricas del país.
Si a todo esto le sumamos los bienes raíces, propiedades, bonos y acciones en el extranjero, obras de arte en el propio Vaticano, riqueza y ornamento de sus templos, entonces tenemos que la asombrosa acumulación de riqueza de la iglesia católica llega a ser tan grande que es difícil de evaluar racionalmente.
La iglesia católica es la mayor potencia financiera y propietaria de bienes que existe sobre la faz de la tierra. Posee más riquezas materiales que cualquier otra institución, corporación, banco, fiduciaria, gobierno o estado en todo el mundo. Por tanto, el papa como administrador visible de esta inmensa riqueza, es la persona más rica del mundo. Nadie puede calcular en forma realista a cuánto asciende su fortuna en términos de billones de dólares.
En el discurso del 24 de septiembre de 2015, que leyó el Papa ante el congreso de Estados Unidos, aunque no dijo nada espectacular que no sepa la gran mayoría, sí enfatizó las desigualdades económicas que existen en el mundo y cómo es la obligación de cada de uno de nosotros, de ayudar a los menos favorecidos, especialmente a los inmigrantes porque todos de una u otra forma somos inmigrantes, ya que incluso el propio Señor Jesús nació como un inmigrante. Y nos preguntamos: ¿Por qué Francisco y la élite católica no comienza por su propia casa y redistribuyen entre los pobres, la riqueza del Vaticano? ¿Acaso no sería eso lo más lógico: que ellos como "Iglesia Madre" del planeta, como así mismo se denominan, dieran el ejemplo?
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