La responsabilidad individual precede y domina la responsabilidad colectiva. Al principio, quien caminaba fielmente, no debía hacer otra cosa que seguir la corriente, pero desde que el mal entró en la Iglesia, es totalmente distinto. La fidelidad separa y la responsabilidad individual domina...
Se ha dicho que no hay responsabilidad sin poseer la vida. De ninguna forma puedo admitir semejante afirmación. Se es responsable, no según lo que uno posee, sino según la posición que se ocupa. El siervo malvado es tratado como un siervo que faltó en su servicio, y no como si él no hubiese sido siervo.
En el capítulo 15 de Jeremías, Dios quiere que el profeta separe "lo precioso de lo vil". No es que debamos ocuparnos de las cosas viles, sino que es necesario separar las cosas preciosas de las viles. "Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos" (Jeremías 15:19); he aquí el testimonio. No puedo ejercer mi amor hacia los que están en el mal, si antes no me he separado del mal...
Lo que falta hoy en la Iglesia es la separación total del mal; pues al contrario, hallamos la unión entre el bien y el mal, entre lo precioso y lo vil.
Porcion de una carta de J. N. Darby
(2 de mayo de 1841)
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