sábado, 25 de julio de 2015

Sus hijos y la Nueva Era

Voces tentadoras llaman a los niños por dondequiera. La escuela, el cine, la música y los libros están comunicando el engañoso llamado de la serpiente: «Ven, sueña, ejerce el po­der, confía en ti mismo, sé dios, crea tu propia realidad, construye un nuevo mundo, haz lo que quieras, porque el pecado y la culpa existen únicamente en las mentes de los religiosos».

¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños a decir no?


Dios nos muestra su respuesta: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento» (Óseas 4.6). Podemos enseñar a nuestros hijos a conocer la verdad, de manera que puedan identificar lo falso. Y podemos hablarles acerca de las seduc­ciones de la Nueva Era, de modo que puedan decidir no probarlas.


El propósito de este libro es revelar el engaño de la Nueva Era y equipar a las familias para alzarse unidas en una resis­tencia confiada y amorosa. No es una condena a las escuelas o a los medios de comunicación. Innumerables profesores exce­lentes continúan llevando los mejores valores al aula. Muchos libros, películas y programas de televisión siguen reflejando el pensamiento judeocristiano.


Sin embargo, la idea y las prácticas de la Nueva Era han entrado en las escuelas y en los medios de comunicación en forma tal que ningún niño está libre de su influencia. Aunque la engañosa espiritualidad puede encontrar terreno más fértil en ciertas escuelas, desfigura los textos escolares, la televisión y los juegos a lo largo de toda la nación. Casi no tiene oposición porque por lo general parece bien. Está hecha a la medida de su naturaleza humana y su cultura occidental, además ofrece a los niños lo que quieren oír, ver, tener y ser..


Brooks Alexander, fundador de Spiritual Counterfeits Pro­ject [Proyecto Falsedades Espirituales] reveló el corazón del engaño de la Nueva Era en un informe publicado en 1983 bajo el título La religión mundial que viene:


El mal no es lo opuesto al bien, como si pudieran coexistir. La maldad es una distorsión de lo bueno que Dios creo[. . .}


El mal, cabalga en las espaldas de lo bueno hasta que lo deforma. Por tal motivo, nunca es el mal en sí mismo lo que nos tienta. Siempre es algo bueno lo que nos atrae, lo que nos imaginamos que es aun «mejor» que aquello que Dios nos ofrece[. . .}


En su esencia, la mentira es seducción a idolatrar la imagen de Dios, una adoración del yo y sus poderes, disfrazada como «cono­cimiento secreto» y presentada como «la realización de dios».


Seguros de que Dios reina, podemos confrontar estas en­gañosas fuerzas que tratan de alcanzar los corazones y las mentes de los niños. Él, quien ama a nuestros niños mucho más que nosotros nos mostrará cómo prepararlos para que reco­nozcan y resistan el mal, no importa cuán atractivo sea el llamado.





«Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo» (1 Corintios 15.57).



Berit Kjos

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