martes, 28 de julio de 2015

¿SOMOS NOSOTROS MUY “NEGATIVOS”?



Críticos por mucho tiempo nos han acusado de ser "divisivos" y "negativos" hacia aquellos quienes nosotros opinamos están enseñando a la iglesia prácticas y doctrinas que no son bíblicas.  Yo he estado mucho tiempo en oración y he considerado profundamente tales acusaciones ya que mi corazón también siente esas inquietudes. Yo siempre he querido predicar el evangelio y dejar a un lado la controversia que ha resultado ser una parte desagradable de mi vida.  Pero, tomando todo en consideración, cuando uno predica el puro evangelio uno también debe distinguir y defender tal evangelio de aquellos que son falsos y falsificados.

¿Qué negligencia sería el no advertir a las ovejitas de los pastos envenenados y de los falsos pastores que promueven mentiras en el nombre de la verdad? Y aún así las estadísticas son asombrosas. Las revistas publicadas por Norman Vincent Peale, por ejemplo, tienen 16 millones de lectores cada mes, muchísimo más que nuestra publicación, la cual es insignificante en comparación. Nuestros instintos carnales se desploman con el cansancio y la frustración. Entonces ¿para qué persistir en esta aventura tan solitaria? ¿Cuál es la razón por esta pasión ardiente?

Gracias a Dios existen muchas cartas de ánimo, de aliento, de aquellos quienes nos ofrecen su amor, su apoyo y sus oraciones.  También existen las cartas de agradecimiento departe de los miles que han sido liberados de la esclavitud de los evangelios falsos, desde el Catolicismo y la "psicología cristiana" a la confesión "positiva" y el pensamiento "positivo".  Pero aún sin éstos alicientes nosotros estaríamos obligados  a seguir la ruta  y el sendero verdadero y también le instamos a ustedes que hagan lo mismo.

Jeremías fue odiado, maldecido, encarcelado y amenazado de muerte porque el predicó el arrepentimiento y advirtió del juicio venidero de parte de Dios mientras que los "profetas positivos" prometían paz y seguridad que según ellos iba a venir "de acuerdo a la palabra del Señor".  La opinión popular se oponía a Jeremías hasta el punto que él estuvo tan desilusionado y descorazonado que hasta declaró que nunca más hablaría en el nombre del Señor y que ni siquiera mencionaría Su nombre.  Pero la Palabra de Dios estaba en su corazón y lo quemaba como un fuego en sus huesos y por lo tanto no tuvo otro recurso que seguir hablando en el nombre del Señor.  Sí, por sobre todas las cosas, es la Palabra de Dios, que está ardiente dentro de nosotros, es la que nos obliga a seguir nuestro curso.

Afligido por acusaciones de "negativismo", acudo constantemente al Señor y a Su Palabra infalible.  ¿Y qué encuentro allí?  ¡El mismo mensaje que me impiden predicar!  Cristo mismo fue más "negativo" de lo que yo me atrevería a serlo.  Él continuamente advirtió del juicio final y del infierno, desenmascaró el pecado, demandó arrepentimiento, reprendió a los líderes religiosos y los acusó de ser unos hipócritas, de ser insensatos, de ser ciegos guiando a otros ciegos. Sin ninguna duda a Él  le hubieran prohibido predicar en la mayoría de nuestros púlpitos y le hubieran prohibido que se expresara en los medios de difusión que existen hoy en día.

Los líderes evangélicos de hoy en día han renunciado a su deber de oponerse a la herejía. Muchos de ellos promocionan el Catolicismo, el ocultismo y la psicología humanista.  Por lo tanto, nosotros, los don nadie, los que no importamos, y aunque sean  muy pocos los que nos escuchen, debemos proclamar y prevenir en voz alta para advertir a las ovejas de los pastos envenenados y los falsos pastores.  El afirmar lo "Positivo" o "Negativo" no es el tema central, sino que lo más importante, lo crucial, lo esencial y lo elemental es la verdad y la simple obediencia a nuestro Señor y a Su Palabra.

Dave Hunt.

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