domingo, 26 de julio de 2015

Las máscaras de la Nueva Era

Nota importante: El moviento de la Nueva Era usa diferentes nombres, uno de ellos es la "nueva espiritualidad" y esta practicamente siendo aceptado en parte o por completo en la cristiandad actual.

La Nueva Era es, en realidad, el viejo ocultismo con un nuevo aspecto. Es el lado hermoso de la maldad, una fachada seductora para el reino de las tinieblas. Disfrazada como paz, poder, sabiduría y amor, este atractivo engaño pretende ofrecer to­das las promesas de Dios, sin pedir nada a cambio ... nada por el momento. Su seductor llamado de «ser igual a Dios» data de los tiempos del Jardín del Edén. Dios nos advirtió desde mucho antes acerca de los engaños que han llevado a muchos a «apostatar de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios» (1 Timoteo 4.1).

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas (2 Timoteo 4.3-4).

Uno de los mitos más comunes de hoy es el que distorsiona el carácter de Dios y la identidad del hombre. Rebeldes a someterse a un Dios Personal y Soberano, multitudes han rediseñado al Creador a su propia imagen. Este dios imaginario llega a ser una fuente de poder impersonal que está lista para satisfacer los caprichos de un hombre-dios decidido a seguir su propio destino..


La Nueva Era rehuye al Cristianismo (biblico), pero se relaciona muy bien con otras religiones. Cada persona acomoda lo que ya cree, agrega los ingredientes que desea, y se sumerge en el engaño. Casi todas las combinaciones dan resultado:


· Humanismo más poder sobrenatural igual a Nueva Era


· Hinduismo más sicología popular igual a Nueva Era


· Panteísmo más confianza en el potencial humano iguala Nueva Era


· Incluso puede llegar a ser un «cristianismo sin cruz», si a este le quitamos su corazón: Jesucristo y su expiación, y le agregamos algo de misticismo oriental.

La Nueva Era es «un banquete ilimitado de sustitutos espiritua­les del cristianismo, que proclaman nuestro ilimitado potencial para transformarnos a nosotros mismos y al planeta, a fin de que irrumpa una Nueva Era de paz, luz y amor» (Doug Groothuis, «Confrontando la falsa Nueva Era»)



No obstante las ostentosas afirmaciones de los dirigentes de la Nueva Era y el efectivo trabajo que coordinadamente hacen sus grupos, no podemos concederles a ellos todo el crédito por el fenomenal desarrollo de este engaño. Este pertenece a la mente detrás de la escena, el «dios de este mundo». Satanás tiene un brillante plan y disemina o canaliza porciones de este a cualquiera que quiera oír, dondequiera que se encuentre. Su plan es establecer un gobierno mundial en el cual él reinará sin oposición a través de su titere, el anticristo. Para triunfar, necesita reclutar muchos soldados. Nuestros niños están entre aquellos en quienes ha puesto sus mira.


Satanás puede falsificar muchas de las cosas buenas que Dios nos ha dado. En sus manos, aun herramientas de enseñanza pueden transformarse en armas cargadas con mensajes distorsionados apuntados a las mentes jóvenes. Observemos sus tres estocadas más importantes hacia la sociedad global:



· Reemplazo del cristianismo bíblico por una mezcla de todas las religiones agrupadas en una unidad espiritual cen­trada en el yo.


· Reemplazo de los valores judeocristianos por los dé la Nueva Era: cualquier cosa que de libertad a la persona para seguir sus propios deseos y crear su propia realidad.


· Reemplazo del nacionalismo por un gobierno mundial bajo un liderazgo espiritualmente evolucionado.






Tomado del libro, Su hijo y la Nueva Era

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