Una de las razones por las cuales no dio una fecha específica de Su venida, fue para que la esperanza de la misma esté siempre delante de Su pueblo. Si El hubiese dicho que iba a venir en el siglo 20, por ejemplo, esto habría causado que los cristianos de los primeros tiempos, durante sus vidas hubiesen decaído en la espera de la venida del Señor. Esto en efecto causaría que el creyente se arraigase en la tierra.
El Apóstol Pablo expresa la actitud de expectación que cada cristiano debería tener en relación con la venida del Señor. El dijo, “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1 Ts. 4:17; 1 Co. 15:51; Fil. 3:20-21). Al decir “nosotros,” él se incluye a sí mismo en el número que espera la LA CERCANIA DE LA VENIDA DEL SEÑOR en cualquier momento. Aun a pesar de que se le había dado conocer que él pasaría por la muerte (igual que a Pedro; 2 Ti. 4:6; 2 P. 1:14), él trabajó en su ministerio para fijar como propia la esperanza de la venida del Señor en la mente de los santos.
Aunque no intentamos fijar una fecha de la venida del Señor, sí estamos prontos para discernir los tiempos. El Señor dijo: “¿No pueden discernir las señales de los tiempos?” (Mt. 16:3). Satanás está haciendo todo lo posible para que el creyente pierda de vista la venida del Señor. El usa la influencia del mundo para hacer que el cristiano se vuelva indiferente y descuidado acerca de esta preciosa esperanza (Lc. 12:45). El también usa enseñanzas erróneas de la Biblia. Hay algunos maestros de la Biblia que no creen que el Señor pueda venir en cualquier momento. Ellos creen que algunos eventos de la profecía deben ser cumplidos antes de que El vuelva otra vez. No obstante, la Biblia no enseña que haya de cumplirse algún evento profético antes de que el Señor pueda venir.
B. Anstey
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