sábado, 31 de diciembre de 2016

Los anticristos del pasado y el Anticristo que vendrá



Por Dave Hunt

El prefijo “anti” viene del idioma griego y tiene dos significados: (1) opuesto a, y (2) en lugar de o un sustituto para. El Anticristo incorporará estos dos significados. Por cierto, se opondrá a Cristo, pero en la forma astuta más diabólica que puede hacerse: pretendiendo ser Cristo y asi pervertir el “cristianismo” desde adentro. Efectivamente, el Anticristo “se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2:4). 

Si el Anticristo pretende que es Cristo y es adorado por el mundo (Apocalipsis 13:8), entonces sus adeptos, por supuesto, son “cristianos”. El cristianismo, no el comunismo, se apoderará del mundo, y no el cristianismo verdadero sino una falsificación del mismo que presentará el Anticristo. Por lo tanto la gran apostasía precede la revelación del Anticristo (2 Tesalonicenses 2:3). Parte de la apostasía es el movimiento ecuménico, que literalmente está preparando el escenario para una unión entre todas las religiones y hasta influye también a los evangélicos. 

Un “cristianismo” de Anticristo debe crearse de forma que acepte a todas las religiones y que todas las religiones lo acepten -precisamente lo que está ocurriendo hoy con asombrosa velocidad. Hemos documentado este desarrollo en otros libros, como Global Peace and the Rise of Anti-Christ [La paz global y el surgimiento del Anticristo], y más adelante tendremos mucho más que decir respecto a esto.

El equivalente en latin del griego anti es "vicarius" , de lo cual viene “vicario”. Por lo tanto “vicario de Cristo” literalmente significa Anticristo. A pesar de que los papas católicos romanos se han llamado a si mismos vicarios de Cristo durante siglos, ellos no fueron los primeros en hacerlo, sino que heredaron ese titulo de Constantino (véase más adelante). Su futura contraparte, el gobernante mundial venidero que regirá sobre el imperio romano restaurado, será el Anticristo propiamente dicho.

Como ya se mencionara, en el antiguo imperio romano el emperador era adorado como Dios. Como tal, él era el líder del sacerdocio pagano y de la religión pagana oficial del imperio patrocinada por el estado. A los césares se les hacía una imagen ante la cual los ciudadanos estaban obligados a inclinarse en adoración. Los que rehusaban reconocer al emperador como Dios eran ejecutados. Y así será cuando el imperio romano se restablezca bajo el Anticristo. Este hecho está claramente presentado en la extensa visión que Juan vio:

Y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera besx tia... mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia... e hiciese matar a todo el que no la adorase (Apocalipsis 13:12-15).

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