(1873–1949)
TIATIRA ASOCIACIÓN COMERCIAL
Tiatira estaba situada al noreste de Esmirna, en un valle fértil en la provincia de Asia. Sus habitantes poseían considerables ventajas comerciales, y al mismo tiempo ellos eran muy inmorales. Los ciudadanos estaban agrupados en varias asociaciones comerciales. Membresía en éstas era esencial para él éxito. Fiestas de estas asociaciones eran tenidas en tiempos señalados, y la forma de proceder en estas ocasiones se caracterizaba por absoluto libertinaje, «el lazo que mantenía estas asociaciones juntas estaba siempre en la religión común en la cual todos estaban unidos, y en las comidas de sacrificios comunes de las cuales todos compartían; los miembros comían y bebían de esta comunión y fraternidad en virtud de la deidad pagana a la cual ellos servían. En el existente estado de la sociedad era imposible desafiliarse de tales asociaciones y de la idolatría. Y la idolatría era de una forma que por su simbolismo y eficacia, ejercía una gran influencia sobre sus adherentes, haciéndolos a ellos miembros de una unidad que era esencialmente no-Cristiana y anti-Cristiana. En segundo lugar, los banquetes comunes eran celebrados en medio de circunstancias de orgías y placeres que estaban lejos de conducir a una estricta moralidad».
«Mantenerse aparte de estos clubes era ponerse uno mismo como siendo hostil a la sociedad existente, y como estando vacío de impulsos generosos y de sentimientos fraternales, y como siendo un enemigo de la humanidad».
Esto muestra el peligro al cual los convertidos en Tiatira estaban expuestos. La mujer descrita como Jezabel, que se imponía como profetiza, como la abogada de un pensamiento amplio, seduciría fácilmente al creyente descuidado para guiarlo a formar parte de estas asociaciones, o para retornar a ésta si había sido abandonada después de la conversión. Las ventajas serían grandes. El ridículo y la persecución serían así evitados. Prosperidad en el negocio sería prácticamente asegurada. Prestigio personal en la ciudad sería aumentado. ¿Y por qué no introducir una sana influencia en la sociedad por unirse a ella? Estos y otros argumentos, con los cuales los cristianos eran tentados por el mundo son también familiares hoy, y son usados para apartar a los creyentes de su fidelidad a Cristo.
Sea que Jezabel haya sido un nombre de una mujer o no, podemos tomar éste como diciéndonos que había una mujer allí en Tiatira, que inculcaba doctrinas en la iglesia por medio de las cuales seducía exitosamente a algunos creyentes a participar en las practicas licenciosas e idólatras referidas. Aquí, entonces, en los primeros días de la historia de la iglesia el antinomianismo vino a ser maduro, y la inmoralidad era practicada bajo el garbo de la fe Cristiana; allí había una forma de piedad, pero una negación de su poder.
JEZABEL Y ACAB
No podemos desligar el nombre de esta mujer de la Jezabel de 1ª Reyes. Ella fue la hija de Ethbaal, una sidonia. Su padre fue sacerdote de Astarte, la vil deidad de los sirios, la religión que se derivó directamente de Babilonia. Jezabel, cuyo nombre significa "montón de estiércol", entró en medio de Israel como la esposa de Acab, y fue la influencia dominante entre el pueblo de Dios. Su marido fue prácticamente su subordinado. La historia de su contaminación de la nación, su matanza de los profetas de Dios, y la sustitución de ellos por los profetas de Baal, es bien conocida. Por medio de ella Acab "hizo más para provocar al Dios de Israel, a ira que todos los reyes de Israel antes que él". El suntuoso ritual de la adoración de Astarte reemplazó la adoración de Jehová. La dañina influencia de Jezabel continuó durante los reinos de sus dos hijos, Ocozías y Joram, y por medio del matrimonio de su hija Atalía con Joram, el hijo de Josafat, rey de Judá, esta mala influencia se extendió hasta Judá. Atalía tuvo una casa levantada para Baal en Jerusalén, "Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruido la casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la casa de Jehová" (2ª Cron.24:7).
LAS SIETE CARTAS
En las cartas a las siete iglesias tenemos cada indicación de un alcance mucho más amplio de enseñanza que fue inmediatamente aplicable a estas iglesias. Claramente hay una gran parte que decir por la vista que sostiene que las iglesias han sido, en estos dos capítulos que contienen las cartas dirigidas a ellas, a propósito designadas en un orden que representa anticipativamente todo el curso de lo que se llama la Cristiandad durante la era presente. Podemos notar, por ejemplo, en conexión con el sujeto que estamos considerando, la inmediata secuencia de Tiatira después de Pérgamo. Había falsos maestros presentes en Pérgamo, y Tiatira los soportaba. Pérgamo era indiferente hacia el mal; Tiatira se asoció con aquel. Estas dos sucedieron a Esmirna, que fue señalada para soportar la persecución. Correspondientemente en la historia de la iglesia, después de las persecuciones que tuvieron lugar en el período desde el emperador Domiciano hasta Constantino, desde alrededor de los años 170 d.C., hasta el comienzo del siglo cuarto, las iglesias experimentaron un tiempo de inmunidad de la oposición y crueldad, y rápidamente vinieron a poseer una influencia y autoridad mundana. Alejándose del camino de simple obediencia a Cristo, la iglesia buscó un poder e influencia a la cual su Fundador no la había destinado, y eventualmente se puso a sí misma bajo el patrocinio del emperador. El debilitamiento del paganismo, y el engrandecimiento propio de las iglesias, proveyó a Constantino una oportunidad para adquirir el poder político supremo que su habilidad y energía fueron rápidos en coger.
UN PARALELO
Bajo este prestigio la unión de la iglesia con el mundo tuvo lugar rápidamente. Las condiciones representadas por las cartas a Pérgamo y Tiatira rápidamente tomaron forma. Como en los días de Israel bajo Acab y Jezabel, los fieles ministros de la palabra de Dios, los verdaderos profetas del Señor en las iglesias, fueron expulsados, y sacerdotes paganos, abogados de la religión de la deidad egipcia Isis, fueron introducidos en la casa de Dios para actuar como guías espirituales de Su pueblo. Esta amalgamación diabólica de Cristianismo con paganismo fue completada por el papa Damasus al fin del siglo cuarto. La iglesia apostata fue paganizada. Damasus no sólo fue hecho el líder eclesiástico en la iglesia; él fue también elegido Pontífice Máximo, del mundo pagano. Nada puede ser más sorprendente que la comparación entre la decadencia idólatra de Israel bajo Jezabel y aquella de la iglesia bajo el prelado Romano. Las corrupciones que se estaban extendiendo por la Jezabel simbólica en medio de las iglesias fueron de la misma clase que aquellas con las cuales la reina pagana envenenó la vida del pueblo terrenal de Dios, Israel. Damasus jactanciosamente actuó sobre el principio de que el fin justifica los medios. No importa la enormidad de los hechos injustos, todo fue justificado mientras la causa de la iglesia religiosa y el poder político avanzaran. Las abominaciones fueron admitidas dentro de las iglesias bajo la capa de fe Cristiana.
SU CONDENACIÓN PRONUNCIADA
De este modo lo que tuvo lugar en la esfera más estrecha de Tiatira ocurrió posteriormente en la amplia esfera de la cristiandad. Sea que aquellos que eran culpables de ceder a las seducciones de Jezabel se hayan arrepentido de sus hechos, o si la amenaza del Señor fue cumplida, eso no lo podemos decir claramente. Podemos pensar que fue así, sin embargo, por el hecho que el Señor dice, "He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras" (Apoc.2:22-23). Probablemente lo que tuvo lugar en la matanza de los hijos de Acab y Jezabel en Israel (2ª Rey.10:11) tuvo su contraparte en el caso de los hijos de Jezabel en la iglesia de Tiatira. Así será, nuevamente, en la vista más amplia del sujeto, cuando el sistema eclesiástico babilónico de la cristiandad en su forma final sea después destruido por la confederación anti- cristiana de naciones (Apoc.17:16), entonces esta amenaza contra el mal en Tiatira tendrá su cumplimiento en la más amplia esfera de la cristiandad. Esto es lo que debemos considerar más plenamente en nuestro próximo capítulo.
W. E. Vine
Fuente original
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