Hay una Futura Religión Mundial (FRM) que está avanzando rápidamente. Uno de los elementos significativos que acelera su crecimiento es el misticismo, que es un sistema de creencias que rechaza en última instancia las enseñanzas que implican leyes objetivas, reglas, requisitos, obligaciones, dogmas, doctrinas, etc., a favor de experiencias subjetivas y sentimientos intuitivos. El objetivo de la FRM (también conocido como la religión del Anticristo) es unir todas las religiones bajo su patrocinio y control. Puesto que todas las religiones tienen doctrinas que separan unos de otros, incluso hasta el punto de hostilidad en algunos casos, sus doctrinas deben ser modificadas o alteradas para que sean aceptables para todos o deben ser eliminadas totalmente. El misticismo facilita tal compromiso doctrinal debido a su naturaleza subjetiva. En otras palabras, el significado objetivo de una doctrina debe dar lugar a la interpretación subjetiva, es decir, cómo uno se siente acerca de tal doctrina. Cuando tal sistema de creencias se forme o tome lugar, el resultado es que no puede haber ninguna verdad absoluta; ya que la supuesta verdad depende acerca de los sentimientos o las emociones del individuo. Todo está en la mente del espectador.
Las religiones que son muy legalistas en su teología, deben cambiar para encajar en el ecumenismo de la FRM. Dos tales religiones son el Catolicismo Romano y el Islam. En la primera parte de esta serie documentamos cómo la Iglesia de Roma ya está bastante avanzada en su meta de cambiar su sistema extremadamente legalista de reglas y obligaciones hacia un proceso más místico. La iglesia Católica Romana tiene más de 1 billón de seguidores, los cuales también deben ser incluidos en la religión del Anticristo. El Islam, que también tiene más de 1 billón de adherentes, en la misma manera, también se convertirá para así poder ser parte de la FRM. Sin embargo, esta religión (el Islam) es bastante legalista y muy agresiva en su doctrina y prácticas, mucho más que cualquier otra religión en el mundo. Por lo tanto, muchos dudan que el Islam pueda cambiar.
Algunos han sugerido, por lo tanto, que la religión del Anticristo será el Islam. Para que eso suceda, la conversión del mundo a creencias islámicas seguiría su método histórico, que sería al filo de espada. Aunque esto ha podido dar resultado hasta cierto punto en el pasado, en el futuro no lograría lo que sería necesario para poder transformar espiritualmente al mundo entero. Además, hay problemas obvios para que este sistema de creencias se asemeje a la religión del Anticristo. El hecho de que todo el mundo adorará al Anticristo como Dios es incompatible y opuesto al culto musulmán de Alá. La ley Sariá, que es la ley del código islámico, es proveniente del Corán y de la Sunna (enseñanzas y ejemplos de Mahoma). Consecuencias por desobedecer las leyes de la Sariá son las más severas entre todas las religiones. Sus reglas son abiertamente abusadoras con respecto a las mujeres. Además, el intenso odio inspirado por el Islam hacia los Judíos y Cristianos, así como a "todos los infieles", es diametralmente opuesto al ecumenismo necesario de la FRM. Estas doctrinas del Islam no son muy exitosas para atraer adeptos a la Futura Religión Mundial. Entonces, ¿qué podría existir dentro del Islam para reconciliar a los musulmanes con la religión del Anticristo y con sus fundamentos místicos? La respuesta es el Sufismo.
El Sufismo es la creencia mística islámica y práctica por la cual los musulmanes buscan la verdad del amor divino y conocimiento a través de una experiencia personal directa con Alá. Esto es el Islam con sus prácticas y creencias subjetivas y experimentales. Muchos practicantes del Sufismo rechazan totalmente las prácticas y leyes del Sariá por no ser pragmáticas con la realidad, y prefieren el misticismo como la vía más directa para alcanzar una unión con Alá. Por otra parte, donde el Sufismo ha sido históricamente practicado en todo el mundo, no ha existido mayor problema para coexistir con otras religiones. Este no es el caso, como todos estamos conscientes, de la ley islámica Sariá del Islam.
Uno de los aspectos místicos del Sufismo es cuando su practicantes se ponen en un trance extático o en un alterado estado de conciencia a través de una agitación o de hacerse girar rápidamente. Estos individuos son conocidos como los "Derviches Giratorios." Según una fuente, "los cientos de rotaciones (20-30 por minuto) de estos Derviches coinciden con las ondas de ritmo Theta en el cerebro, y empiezan a dar exclamaciones, ya sea en voces o gritos (repitiendo la palabra 'Dios' [aunque más probable sea 'Allá,'] aproximadamente 99 veces) y hacen que los bailarines se disocien de la realidad y entren a un estado mental totalmente diferente y extraño. Cuando la ceremonia termina, los Derviches regresan, uno junto al otro, en frente del Jeque o Seductor [maestro y guía] y luego pasan a otra habitación para meditar. El objetivo fisiológico de todo este revuelo es para que el Derviche se "vacíe" de todas las distracciones. Debería ser obvio que esto es simplemente otra forma de meditación mística oriental junto con otras formas contemplativas, practicadas por quienes profesan ser Cristianos en el mundo occidental.
Los diversos ejercicios del misticismo son similares en todo el mundo, incluso donde no ha habido ninguna conexión entre los grupos de personas o culturas. Yoga y meditación Sufista emplean la misma posición de "loto sentado" y la llamada "hasta mudra" (que consiste con el dedo pulgar doblado y tocando la punta del dedo índice). El Sufismo Giratorio tiene el mismo efecto del temblor incontrolable de la meditación dinámica, practicada por los seguidores de Bhagwan Shree Rajneesh. Este Jeque o Seductor sufista es similar al gurú del yoga, en cuanto a la sumisión absoluta del practicante hacia al maestro o líder y con su correspondiente obediencia. En algunas prácticas, el Jeque es una entidad espiritual transcendida canalizada por el meditador. La enciclopedia del Islam enumera una serie de manifestaciones encontradas dentro de las prácticas de meditación del Sufismo, por ejemplo, "ladridos y aullidos," comportamiento que también fue exhibido a través de la supuesta impartición del Espíritu Santo en lugares como el Viñedo del aeropuerto de Toronto, Pensacola y Lakeland, Florida, la Casa Internacional de Oración y la Iglesia Bethel en Redding, California, entre muchos otros. Estas experiencias que están ocurriendo en varios lugares del mundo nos deberían dar a pensar que entidades espirituales, contactadas a través de estados alterados de conciencia y meditación, así como la fe de algunas personas en métodos de señales y prodigios falsos, están facilitando la obra de Satanás de seducir y controlar la conciencia y las creencias de la humanidad. "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" (1 Timoteo: 4:1).
T. A. MacMahon
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