jueves, 16 de febrero de 2017

La Biblia, por J.N.Darby



Este sagrado libro encierra en sí la mente de Dios, la condición del hombre, el camino de la salvación, el juicio final de impíos e incrédulos, y la felicidad eterna de los bienaventurados creyentes en Jesús. Sus doctrinas son santas, obligatorios sus preceptos, verdaderas sus historias, e irrevocables sus decisiones. Es menester leerlo para ser sabio, creerlo para ser salvo, seguirlo para ser santo. 

Este libro da luz que ilumina, alimento que sustenta, consuelo que alegra. Es el mapa del viajante, el báculo del peregrino, la brújula del nauta, la espada del soldado y el diploma del cristiano. Este libro abre las puertas del cielo, al mismo tiempo que descubre la entrada al fuego eterno. Cristo es su asunto primario, nuestro bien es su objeto, y la gloria de Dios todo su fin. Debe ocupar nuestra mente, gobernar nuestro corazón, y dirigir nuestros pasos. Debemos leerlo con atención, frecuentemente, y orando mucho. Es un cofre de riquezas, un paraíso de gloria, un manantial de poder. Es dado a los hombres aquí en la vida, será registrado en el día del juicio, y su recuerdo durará por la eternidad. Envuelve una seria responsabilidad, recompensará el estudio más cuidadoso, y condenará a todos los que se mofan de su sagrado contenido.

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